Desplegar las alas es el secreto de vivir... sin miedos, sin dudas allí... frente a todo, frente a un paisaje conocido o desconocido... Abrir las alas y volar...Cuantas veces en la vida cerramos nuestros ojos y la vida parece distinta en ese mágico mundo de sueños... Nos perdemos en los pensamientos, en los sueños, volamos y nos dejamos llevar...
Cuando cierro los ojos comienzo a ver, como si recorriera una distancia infinita a una velocidad inimaginable, como si la realidad me permitiera ir mas allá, en un viaje remontado por mis alas, para poder comprenderla en profundidad.
En ese momento decido regresar a mi camino, ya no para nadar sin rumbo sino para fusionar mi alma al cuerpo que me tocó ocupar y nadar volando entre el agua y el cielo, ahora sin sumergirme, sino divisando el horizonte. Quizás el día en que descubrí mis alas, remonté un vuelo tan elevado que, el camino de mi vida, se tornó tan pequeño que parecía insignificante. Sin embargo el caminar ocultando mis alas provocaba que viera tan lejano el cielo, que mi vida parecía a medias. Y así sucedía, desde tan alto o sumergida.
En lo alto mis ojos no veían, solo soñaban; en lo profundo mis alas no volaban, se mojaban.
Cuando abro los ojos comienzo a ver, recorriendo una distancia infinita a una velocidad imaginable, como si los sueños me permitieran abstraerme más aquí, en una vida con alas que me permiten caminar para vivirla con profundidad y disfrutar la magia en momentos que, explicarlos sería perder la razón y vivirlos, encontrar libertad.
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